Nuestra casa no dispone de muchos metros, así que desde el principio tuvimos que ingeniárnoslas para para poder tener cada cosa en su sitio, sin estorbos y de forma que visualmente no quedase muy agobiado.
Uno de los problemas lo tuvimos con el baño de la planta de abajo, pues era la única estancia posible en la que colocar la lavadora y el termo eléctrico. El problema principal era el plato de ducha, ya que no se le iba a dar uso, y la altura era excesiva para colocar la lavadora encima, pues impedía la apertura de la ventana.
Así que durante estos primeros años hemos tenido la lavadora en la esquina izquierda (según veis en la fotografía), mirando hacia el frente, y el plato de ducha lo cubrimos con una pieza de madera, de forma que encima teníamos los útiles de limpieza, junto con la aspiradora.
Finalmente nos decidimos a suprimir el plato de ducha, así que cogimos martillo y cincel, y a darle. No fue fácil, pues estaba bastante integrado en la obra, pero al final conseguimos dejarlo a ras de suelo, finalizando con una capa de cemento y pintando.
Ahora, como podéis comprobar en la primera fotografía, la lavadora ha pasado a un segundo plano, la ventana se puede abrir perfectamente, y encima nos ha quedado un rinconcito perfecto para colocar una estantería de madera (la famosa estantería MOLGER de Ikea).
Es una lástima no disponer de ninguna fotografía del estado anterior, pero suponemos que os hacéis una idea. ¿Qué os parece el resultado?
Por cierto, el termo era completamente blanco, muy aburrido, pero lo decoramos con unos vinilos adhesivos para conseguir darle un nuevo aire, un poco más divertido.