Como muchos ya recordaréis, desde hace unos meses ya tenemos, por fin, una silla Eames en el salón de casa. Bueno, en realidad se trataba de una réplica. Y es que comprarse sillas de diseño, o mobiliario en general, originales es algo a lo que solo pueden aspirar los que disponen de una cuenta bancaria bastante saneada, algo de lo que la mayoría carecemos. Digamos que las réplicas han venido a permitirnos a los menos pudientes incorporar piezas de diseño en nuestros humildes salones.