Volvemos con un nuevo artículo de los que nos gustan, un antes y después decorativo. En esta ocasión vamos a ver cómo se le ha devuelto la luminosidad y la alegría a un salón oscuro y triste.
Vas a comprobar, como nosotros, que se pueden llevar a cabo cambios decorativos radicales como éste con pocos recursos y sin tener que meterse en obras o grandes cambios de distribución. Un poco de pintura, elegir el mobiliario adecuado para el espacio disponible y unos toques de color, no hace falta más.
En nuestra humilde opinión, la clave está en la luz y el color. En este caso concreto se ve claramente que uno de los éxitos ha sido pintar todas las paredes y el techo de color blanco.
Tan solo con ese cambio se ha conseguido que la luz natural campe a sus anchas por el salón. El suelo ya era bonito, así que no se ha tocado. Eso sí, se le ha dado un toque de color genial añadiendo una bonita alfombra de tonos azules. Todo un acierto.
Un estilo tirando a nórdico, poco recargado y con piezas decorativas de diseño muy bien seleccionadas terminan de redondear un antes y después que nos encanta. Los toques de color como los que aportan las plantas o el precioso aparador amarillo nos parecen perfectos. Si quieres conseguir un look parecido en casa te dejamos enlaces con productos del mismo estilo.
Imágenes | Apartment Therapy