L@s que nos conocéis o seguís el blog desde sus inicios (allá por junio de 2012, madre mía) ya conoceréis nuestra debilidad por la repostería. Esta debilidad nos llevó también hace unos años a escribir un artículo comentando las bondades de la amasadora KitchenAid y lo mucho que nos gustaría tener una algún día…
Pues bien, ese día llegó hace unos meses, y no podemos estar más contentos. ¡Al fin tenemos en nuestra cocina una KitchenAid! Concretamente nos hemos decantado por el modelo Artisan en un precioso color rojo.
Qué decir de KitchenAid que no se haya dicho ya en infinidad de artículos y videos. Estéticamente es una pasada, está muy bien construida, trae los accesorios justos para poder hacer un poco de todo: batir, mezclar y amasar.
Es muy cómodo dejar que haga el trabajo de batir o amasar por nosotros pero es que, además, las masas y las mezclas quedan bastante mejor. La masa de pizza, por ejemplo, queda mucho más elástica y suave, y los bizcochos mucho más jugosos.
En fin, que estamos la mar de contentos con esta compra. Es cierto que es una inversión importante, pero a poco que te guste experimentar con masas o repostería vas a amortizarla muy pronto… Además es una máquina que tiene pinta de durar muuuchos años en perfectas condiciones.
¿Nos dais alguna idea para ponerla a prueba?