Normalmente las ideas decorativas enfocadas a los cuartos de los niños suelen ser las más chulas. Suponemos que porque todo está pensado para ser divertido y práctico, algo que se acaba perdiendo en las estancias «adultas», y es una pena.
Un ejemplo son las estanterías con poca profundidad pensadas para colocar todos los libros de los peques de frente, de manera que estén todos a la vista y a mano para cogerlos en cualquier momento y empezar a disfrutar de ellos. Pues justo eso es lo que hemos hecho en el salón, instalar dos estanterías para colocar nuestros libros más chulos y así disfrutar de sus portadas y tenerlos bien a mano.
Para ello hemos rescatado una estantería para cuadros de Ikea que teníamos en nuestro antiguo lugar de trabajo. Estas estanterías de Ikea son todo un clásico (se trata del modelo MOSSLANDA). Queríamos llenar una pared, así que con esa no era suficiente y el Ikea más cercano nos pilla lejos, así que optamos por la versión que venden en Leroy Merlin, que es prácticamente igual.
El único problema que teníamos era que el estante de Ikea era negro y los de Leroy Merlin blancos. Lo que hicimos es aprovechar que aún teníamos un poco de pintura Bruguer con efecto Chalk Paint de la que os hablamos hace tiempo y pintar el estante negro con esta pintura. El resultado es perfecto. Parecen todos compañeros, ¿verdad?
Poco a poco hemos ido llenando las dos estanterías con un montón de libros, y nos encanta cómo quedan. Nos parece una idea decorativa muy interesante para decorar cualquier rincón de casa sin tener que recurrir a colgar cuadros o poner las clásicas librerías. Además es un recurso muy práctico para ver con tan solo un vistazo nuestras últimas adquisiciones y ponernos a leer en cualquier momento.
Y si, las luces de Navidad se quedan puestas todo el año en esta casa 😅