Cuando pensamos en dormir en un granero nos vienen a la mente imágenes de películas americanas en la que alguien que escapa de algo (o de otro alguien) acaba colándose en uno de ellos para pasar la noche a cubierto. Si a vosotros os pasa lo mismo ya podéis ir borrando esas imágenes de vuestra cabeza, porque hoy os vamos a enseñar un granero de Wyoming al que dan ganas de irse a vivir ipso facto.