Junto al flan, podríamos decir que las natillas han sido las auténticas reinas de los postres desde hace muchos años. Al menos en nuestra infancia eran todo un clásico después de comer, o para la merienda.
Las natillas caseras son las más ricas, así que nos hemos puesto manos a la obra para hacer una tanda para la merienda y, de paso, os explicamos cómo las hacemos nosotros. Una receta de lo más sencilla.
¿Qué necesito para hacer natillas caseras?
- 500ml de leche entera
- unos trocitos de canela en rama
- 1 cucharadita de aroma de vainilla (lo ideal es una vaina de vainilla)
- 1 cucharada de maicena
- corteza de medio limón
- 4 yemas de huevo
- 70gr de azúcar blanco
- Galletas Maria
¿Cómo se hacen las natillas caseras?
Ponemos en un cazo la leche, los trozos de canela, la vainilla y la corteza de limón y llevamos a ebullición. Cuando esté a punto de hervir lo retiramos del fuego y dejamos que infusione durante 15 minutos (la leche absorberá todo el sabor de la canela, la vainilla y el limón.
En un bol mezclamos con unas varillas las yemas de huevo con el azúcar. Cuando esté bien mezclado añadimos la maicena y seguimos varilleando. A continuación echamos poco a poco la leche que hemos infusionado anteriormente mientras seguimos dándole caña a las varillas.
El último paso será devolver la mezcla al cazo, ponerlo a fuego bajo y remover durante unos 10 minutos sin parar, para que no se nos pegue. Pasado este tiempo ya podremos rellenar los recipientes que queramos con nuestras deliciosas natillas caseras. No os asustéis si veis que la mezcla está muy liquida, conforme se enfríe espesarán.
El toque final, cómo no, es colocar una galleta María (si no es María no te transportarás a tu infancia, lo siento) y espolvorear un poco de canela en polvo por encima… Bueno, nosotros tenemos un toque extra, que es colocar también una galleta en el fondo del recipiente 🤤
No seáis ansios@s y dejad que se enfríen antes de meterles mano. De hecho lo mejor es taparlas con film, dejar que se enfríen a temperatura ambiente y conservarlas en la nevera hasta que las vayamos a consumir.
Por cierto, ¿qué hacéis con las claras que os sobran en las recetas en las que solo se usan las yemas? Queremos ideas para aprovechar esas claras, a ver si nos echáis una mano.
Receta inspirada en las natillas de Directo al paladar