La bechamel es una popular salsa de origen ¿francés? que va de maravilla con multitud de preparaciones, pero sobretodo es genial para crear coberturas en platos que, posteriormente, van a ser gratinados, como puede ser el caso de los canelones o la lasaña.
Nosotros aprendimos a hacerla hace tiempo, y al principio era usual que apareciesen molestos grumos difíciles de eliminar. Tras mucha práctica hemos dado con una técnica de lo más sencilla para poder hacer salsa bechamel sin grumos, y hemos pensado que lo mejor que podemos hacer es compartirla.
Ingredientes de la bechamel
- Mantequilla – 3 cucharadas soperas
- Harina – 2 cucharadas soperas
- Leche fría – 1/2 litro
- Pizca de sal
- Nuez moscada al gusto
Cómo hacer una bechamel sin grumos
Primero pondremos la mantequilla en un cazo hondo a fuego medio, hasta que esté bien disuelta. Añadiremos la harina y removeremos con unas varillas para que la harina no se pegue. Estaremos removiendo durante un par de minutos, para que la harina pierda el sabor a crudo. Este será uno de los pasos más importantes para conseguir una salsa bechamel perfecta y sin grumos.
A continuación añadiremos la leche poco a poco y seguiremos removiendo, para que se quede todo bien integrado. En este punto es cuando añadiremos la sal y un poco de nuez moscada. Lo mejor es ir probando hasta que esté a nuestro gusto.
Después de remover durante unos minutos veréis que la salsa va cogiendo consistencia. Eso es buena señal :) Dependiendo del uso que vayáis a darle la querréis más o menos espesa, así que tened en cuenta que cuanto más tiempo la tengamos en el fuego removiendo más espesa quedará. También hay que tener en cuenta que cuando la apartemos del fuego y se temple también espesará un poco más.
Así de fácil es hacer una salsa bechamel sin grumos y sin complicarse mucho la vida. Nos gustaría saber si vosotros tenéis alguna otra técnica sencilla para hacerla y, si es así, que la compartierais.