Ya tenemos en el blog una tarta de queso espectacular y muy sencilla que no necesita horno, pero hoy queríamos complicarnos un poco la vida (tampoco mucho, eh) y hacer una tarta de queso horneada, uno de nuestros postres favoritos.
La hemos hecho bastantes veces, así que hemos podido afinar tanto los ingredientes como la elaboración. Os aseguramos que, si seguís la receta al pie de la letra, os quedará una tarta de queso espectacular.
Ingredientes para una tarta de 20cm de diámetro
300 gr de crema de queso
2 huevos
1 cucharada y media de maizena
75 gr de azúcar glas
14 galletas tipo Maria
35 gr de mantequilla
50 ml de nata de montar
Media cucharadita de esencia de vainilla
Ya veis que nuestro molde es más bien pequeñito (perfecto para dos personas). Si el vuestro es más grande (o si queréis que quede más alta) tan solo tenéis que doblar la cantidad de cada ingrediente.
Elaboración de la tarta de queso
Trituramos bien las galletas en la picadora, hasta conseguir una especie de textura de tierra uniforme. Derretimos la mantequilla en un cazo, se la añadimos a las galletas y mezclamos bien con los dedos, hasta que consigamos que toda la galleta se haya humedecido con la mantequilla.
Cubrimos toda la base del molde con la galleta, aplastando bien con las manos para que se quede bien apretada y sin huecos. Recomendamos usar un molde desmoldable y colocarle un papel de hornear entre la base y el borde, de manera que se quede bien pillado y sin arrugas. De esta forma nos aseguramos de que la masa no se salga por los bordes.
Metemos el molde con la base de galletas en el frigorífico mientras seguimos con el resto de pasos.
En un bol grande mezclamos toda la crema de queso (es mucho más fácil si la sacamos de la nevera con antelación para que esté blandita), las yemas de los huevos (las claras las reservamos para el siguiente paso), la harina tamizada, la nata y la vainilla, hasta que quede una crema suave. Este proceso lo podemos hacer a mano con varillas sin problema, pero si tenéis un robot de cocina será mucho más rápido y fácil.
Montamos las claras junto con el azúcar glass hasta que nos quede una crema suave, y vamos echando esta mezcla poco a poco a la masa que hemos preparado antes y mezclando con suavidad.
Una vez que tengamos todo bien integrado es el momento de sacar el molde con la base de galleta del frigorífico y echar nuestra rica masa dentro.
Metemos la tarta en el horno (precalentado a 180º) y la dejamos 15 minutos a 180º por arriba y por abajo. Pasado este tiempo, bajamos la temperatura a 150º y la dejamos 35 minutos.
Una vez que esté bien cocinada, apagamos el horno y la dejamos 5 minutos dentro, con el horno apagado. Después, abrimos la puerta del horno, y la seguimos dejando dentro hasta que se temple.
Finalmente nos entrarán unas ganas locas de cortar un trozo y comernos nuestra tarta de queso, pero os recomendamos que la dejéis en el frigorífico toda la noche y le metáis mano al día siguiente, estará mucho más rica ;)