Bueno, en realidad el titulo es engañoso, pues en nuestra casita habrá cualquier cosa, pero el ruido no es una de ellas… pero ya sabéis a lo que nos referimos, lo que viene siendo unos días de desconexión mental, de dejar de pensar en el trabajo (al menos un poco), de cambiar de aires.
Pues exactamente eso es lo que hemos estado haciendo durante unos días en el mes de julio. Hemos pasado unos días con la familia en una casita preciosa en la costa granadina (en Salobreña para ser exactos).
Prácticamente todos los años venimos Maricarmen y yo a pasar algunos días por esta zona (es lo que tiene tenerlo tan cerca), pero en esta ocasión ha sido algo más especial, pues hemos disfrutado de unos días con toda la familia, y eso no tiene precio.
La casita se encontraba en lo alto de un monte, por lo que teníamos unas vistas privilegiadas e incluso un fresquito muy agradable cuando caía el sol. Se podría decir que era Una casa con vistas, pero en la playa :)
Y en cuanto a Salobreña, ¿qué decir? Pues que tenéis que visitarla alguna vez. La playa es muy agradable, aunque muy saturada en estos meses, y el pueblo y su castillo se merecen sin duda una visita. Todo pintado de blanco, callecitas estrechas empedradas llenas de plantas… Un destino económico y muy agradable.
Ya estamos pensando en nuestra próxima escapada, que seguro será pronto ;)