Últimamente nos ha dado por las casas espectaculares en mitad de la naturaleza y con buenas vistas. Debe ser cosa del famoso algoritmo, que una vez que te interesas por algo empieza a asediarte con lo mismo hasta que te aburre. En este caso no creo que lleguemos a ese punto, porque podríamos estar todo el tiempo contemplando casas tan increíbles como esta.
Hace unos días te mostrábamos una vivienda con un peculiar tejado lleno de hierba que se mimetizaba a la perfección con el entorno. Pues bien, la casa de hoy no se queda atrás, aunque en este caso tiene un diseño más discreto, en el que lo que más llama la atención son las innumerables ventanas, gracias a las cuales se puede disfrutar del magnifico entorno en el que se emplaza, independientemente de la estancia en la que te encuentres.
Personalmente tenemos una relación de amor odio con las viviendas que sustituyen la casi totalidad de las paredes por cristales. Por un lado nos parece algo espectacular y digno de disfrutar en persona, pero cuando lo pensamos más fríamente nos parece que te limita mucho a la hora de distribuir y amueblar el espacio. Pero bueno, es cuestión de dejarse asesorar por buenos profesionales para que el resultado sea lo más práctico posible, ¿no?
La vivienda se sitúa en una isla del estado de Washington, en Estados Unidos, y está rodeada de un precioso bosque, además de contar con unas vistas privilegiadas a un lago y a algunas granjas de la zona. Estas vistas son, sin ningún lugar a dudas, uno de los principales atractivos de esta casa, aunque no el único, ni mucho menos.
La estructura de la vivienda se compone de diferentes módulos que se solapan unos a otros, algo que nos encanta. Nos parece la forma más óptima de distribuir el espacio y poder aprovechar lo mejor posible las vistas y la orientación. En cuanto al estilo, lineas muy rectas y una combinación de madera y metal en color negro que queda genial y hace que se integre muy bien con el bosque la rodea.
El interior sigue con una decoración minimalista, también combinando los tonos cálidos de la madera con los metales oscuros y el suelo de cemento. Esto último no nos parece lo más confortable, pero es cierto que queda genial con el resto de los elementos decorativos y, sobre todo, con las hermosas vistas.
En definitiva, una auténtica casa con vistas que nos ha enamorado, perfecta para pasar largas temporadas de retiro espiritual disfrutando del entorno, o para disfrutarla esporádicamente con familia y amigos, que parece ser que es el uso que le dan actualmente sus propietarios.
Imágenes | mwworks