Ya sabéis que este blog se llama Una casa con vistas, pero perfectamente se podía haber llamado Una casa con pizzas, porque desde que aprendimos a hacerlas caseras se han convertido casi en una piedra angular de nuestra alimentación (tranquilas mamás, que comemos también otras cosas).
Lo bueno de hacer pizzas caseras es que puedes dejar volar la imaginación y aderezarlas con lo que más te apetezca, o incluso con lo que tengas a mano en la nevera. Hoy os queremos enseñar como hacemos la pizza cuatro quesos, a ver qué os parece.
Por cierto, hace tiempo que publicamos la receta de la masa casera de pizza, y es bien sencilla, así que los que seguís comprando pizzas precocinadas no tenéis excusa (o perdón de dios, que dirían algunos).
Quesos hay cientos, así que se pueden hacer infinidad de combinaciones, pero nosotros hemos decidido no arriesgar demasiado, y los quesos que hemos elegido para esta pizza han sido mozzarella, queso de cabra, roquefort y parmesano.
Cada uno aporta lo suyo, pero sin duda el protagonista absoluto en este caso es el queso roquefort. No obstante si no la queréis demasiado potente siempre podéis jugar con las cantidades.
Lo bueno de las pizzas es que hay libertad absoluta respecto a los ingredientes, aunque con el paso del tiempo hemos descubierto que Jamie Oliver tenía mucha razón cuando decía que en las pizzas menos es más, es decir que una pizza con muy pocos ingredientes pero bien seleccionados estará mucho más rica que una con tropecientos ingredientes sin sentido.
[Tweet «En la pizza, en lo que a ingredientes se refiere, menos es más»]
Elaboración de la pizza cuatro quesos
Una vez que tengamos nuestra masa lista (receta) tan solo tendremos que extenderla con las manos o con un rodillo, distribuir la mozzarella, el queso de cabra y el roquefort desmenuzados y rallar el parmesano. A nosotros nos gusta darle también un toque de orégano y pimienta negra, que le va genial.
De un tiempo a esta parte nos gusta hornear las pizzas al estilo de Ibán Yarza, colocando la pizza directamente en el suelo del horno usando un papel de hornear para no liar un estropicio. Es la manera más parecida a un horno de leña de verdad, pues la pizza se cocina increíblemente rápido, por lo que queda muy jugosa y crujiente.
En cuanto a la temperatura, hay que precalentar el horno a tope, y cocinar la pizza a 220º durante unos 10 minutos. Este tiempo dependerá de vuestro horno y de los ingredientes, así que tendréis que estar atentos.
¿Qué os parece, os animáis con una rica pizza cuatro quesos en casa?